ESTRUCTURA Y COYUNTURA
El crecimiento económico de Durango en los últimos cuatro años es negativo. Según datos del INEGI: en 2017 fue de – 0.6%; 2018, -0.3%; 2019, 1% y, en 2020, el año de la pandemia, el retroceso fue de -6.3 %. Es el menor desempeño económico del estado en, por lo menos, los últimos 20 años.
En contraste, el promedio de crecimiento económico anual de Durango en el periodo 2004-2010 fue de 1.4% y, en el lapso 2010-2016, 2.5%. Es una realidad que durante la gestión del gobernador Aispuro el crecimiento económico perdió dinamismo y se estancó. (Fuente: Observatorio de La Laguna, con datos del INEGI, Banco de Información Económica).
Del total de flujos de IED (5664.4) captados por el estado en los últimos 20 años: 2,791.9 mdd son por nuevas inversiones; 1671.5 por reinversión de utilidades, y 1200.9 por cuentas entre compañías. En el mismo lapso (1999-2021) el total de la IED captada por Durango representa solo el 0.9% del total de la IED en todo el país.
El total de flujos IED en el estado en el periodo 2017-primer trimestre de 2021 fue por 1510.2 mdd, de los cuales 780.2 son por nuevas inversiones; 653.4, por reinversión de utilidades y, 76.6, por cuentas entre compañías.
El total de flujos de inversión extranjera directa (IED), acumulada en el estado de Durango en los últimos veinte años se ubica principalmente en los sectores minero, manufacturero y de generación de energía eléctrica, y en mucho menor medida en comercio, transporte, telecomunicaciones, servicios financieros y bursátiles.
Por país de origen: Canadá (minería), España (generación de energía), Estados Unidos (industria manufacturera), son los países que mayores flujos de IED han invertido en Durango; en menor medida Corea, Chile, Japón, Finlandia, Noruega, Suiza y Reino Unido, también cuentan con inversiones en el estado.
Así, el estado ocupa el lugar 25 de 32 como receptor de IED, lo que confirma que las estrategias de promoción y desarrollo industrial del estado no han sido ni competitivas, ni lo efectivas que se requiere para que el estado crezca como lo hacen otras entidades, sobre todo de las regiones bajío y norte del país.
La visión e intención de lograr atraer más y mejores inversiones en sectores de punta se refleja en varias secciones del Plan Durango 2040. Si se ha diagnosticado y detectado la necesidad de contar con una mayor oferta de terrenos y parques industriales, por lo menos el CODEDUR y la SEDECO deberían estar promoviendo y trabajando en la prospección de las mejores opciones de localización de parques industriales, así como en la creación de las reservas territoriales respectivas, la habilitación y funcionamiento del gasoducto Gómez Palacio-Durango y los estudios de preinversión para construir los parques industriales a que tanto se alude en el Plan Durango 2040.
Más aún, se debería iniciar, aún frente a las dificultades financieras del presente, con la creación y capitalización de un fondo específico para la atracción de inversiones de alto impacto, ya que para convencer y concretar inversiones de gran calado en el sector automotriz, además de la disponibilidad de mente y mano de obra calificada y un entorno gubernamental, ambiental, social, educativo y cultural propicio, se requieren también incentivos mayores, -y no precisamente solo deducciones de impuestos estatales- en forma de prestaciones en dinero y en especie equivalentes a varios cientos de millones de dólares, como se demuestra en las experiencias recientes de otras entidades que han logrado atraer y localizar en sus territorios plantas armadoras de dicha industria.
Hoy sobran los precandidatos a gobernar el estado a partir del 2022; lo que falta son planes, proyectos, políticas públicas y acciones reales y efectivas para que Durango supere sus desafíos y salga de su atraso.