Al cumplir tres años en el poder, el presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo en la plancha del zócalo en la Ciudad de México, con su gente, sus seguidores, un puñado de representantes suyos y funcionarios de gobiernos y de su partido, Morena. En medio del discurso que dio, interrumpido por vivas y porras, no hubo sorpresas en el mensaje que envió a la nación desde ahí, a las puertas del Palacio Nacional. Insiste en una cuarta transformación del país, en seguir “privilegiando a los pobres”, en atacar a la prensa y en afirmar que el modelo neoliberal está terminando, como si fuera una pesadilla.
Además, agradeció a los legisladores por aprobar el presupuesto federal del año entrante (el cual fue mayoriteado sin revisión alguna) por que “tendremos recursos para atender con convicción y humanismo a los más desposeídos y necesitados de México, ayudar a los pobres mantiene tranquila la conciencia y alegra el corazón”, dijo. Pero también reconoció que el tema de los programas sociales, esa ayuda que se refiere a los mas necesitados, lo ayudarán a legitimarse como gobernante. “Atender a los más pobres es ir a la segura, para contar con el apoyo de millones cuando se busca transformar una realidad”.
Insistió en que viene en abril, la consulta popular para la revocación de mandato, que así debería ser, y que si un gobernante no está haciendo bien su trabajo, el pueblo debe decidir si se queda o se va. No hubo grandes propuestas de fondo para los tres años que siguen. El presidente sigue insistiendo en el éxito de los programas sociales, no hay cambios sustanciales, no habló de un plan económico o de una estrategia para crecer como país. Del tema de la inseguridad casi no dijo nada, en medio de una creciente ola de asesinatos y el crecimiento y la disputa de los cárteles. ¿Obra pública de trascendencia?, la misma de hace dos años y toda para el sur del país. Después de todo, con un zócalo lleno de aplaudidores, es muy fácil determinar que estás gobernando bien. Pero al final de cuentas, la evaluación real, la calificación que vale, la tienen todos los mexicanos, no solo los que simpatizan con Morena.