INNOVACIÓN SOCIAL
Defínase a un tecnócrata como una persona que participa en política, cuyas características están definidas por su formación académica en un campo en especial, su experiencia en la toma de decisiones y en la aplicación del método científico para razonar y resolver problemas de cualquier índole, ya sean sociales, económicos o políticos.
La tecnocracia tiene sus orígenes en el siglo XIX, época en la que Claude-Henry Rouvroy, conde de Saint-Simon, sociólogo y filósofo francés, propone para el poder político personas que puedan cambiar el “gobierno de los hombres” por “la administración de las cosas”, basándose en la premisa de que todas las ciencias, sin importar la rama, no son más que problemas que solucionar y sólo se diferencian entre ellas por su naturaleza, por lo que es totalmente aplicable que el método que se le aplique a una, puede aplicarse a todas, incluyendo a la política.
Actualmente, la humanidad vive en tiempos donde el liderazgo e influencia que se ejerza sobre la sociedad debe de llevar no sólo el acompañamiento ideológico humanista para la toma de decisiones, sino también el compromiso y responsabilidad por resolver los problemas más apremiantes con la mayor eficacia y eficiencia posible, por ello, la preparación de los políticos debe ir más allá del mero aspecto popular, ya que nuestro contexto nos lo exige, claro, siendo conscientes de que la ciencia no elimina la esencia ni el valor moral o ético de una persona, mucho menos sus valores.
La intermediación política, el neoliberalismo y la tecnocracia
Hablando propiamente de nuestro país podemos considerar, según los expertos en la materia, que han existido en la historia de México un par de regímenes políticos, uno estatista, populista y autoritario, y otro neoliberal, tecnocrático y menos autoritario, cada uno de ellos con visiones muy particulares del cómo gobernar, el primero con una visión idealista y filosófica, y el otro basado más en el desarrollo económico que en lo social, pero, ¿cuál es el más óptimo y eficiente para poder gobernar en los tiempos actuales?
Desde una perspectiva ciudadana un gobierno debe estar interesado principalmente en el desarrollo social en su conjunto, de manera igualitaria, gobernar para todos y mediar las ideologías de tal forma que lo mejor de cada una de ellas permitan aportar sin excesos radicalistas de particulares o interés de grupo, cosa que sé que es complicado, pero esa es la idea.
Desafortunadamente una baja intermediación política, es decir, una baja comunicación entre los gobiernos y los ciudadanos conlleva, primeramente, a una alta desinformación por parte del gobierno sobre las verdaderas necesidades de sus gobernados, más allá de sus opiniones; y por otro lado, un desconocimiento absoluto por parte de buena parte de la ciudadanía del cómo funciona el sistema político y económico sobre el cual son gobernados, lo que les hace altamente manipulables, y con pocas posibilidades de hacer propuestas concretas en las que pudieran participar, bajo un esquema de gobernanza, para resolver las brechas más complicadas como el hambre, la pobreza, la falta de educación y el poco desarrollo económico.
Una propuesta tecnocrática moderada implica que todos sus actores vean las cosas claras para poder resolver los problemas más apremiantes, de manera técnica, realista, con visión y proponiendo los recursos y los actores profesionales idóneos, sin nunca perder el tacto humanista o socialista y dejando fuera el autoritarismo.
Soy de los se inclina por este tipo de ideología, porque más que otra cosa, son resultados los que importan, más allá del idealismo.
¿No lo cree usted así, estimado lector?
@FcoIbarraGuel